Procesiones Semana Santa en Sahagún

Índice de contenido

Procesiones: Domingo de Ramos

PROCESIÓN DE LAS PALMAS

Es la Semana Santa de Sahagún época para el recogimiento. El Domingo de Ramos tiene su celebración más señalada a las puertas de la Iglesia de San Lorenzo, donde el párroco procede a la bendición de los ramos que portan los fieles reunidos antes el templo. Misa solemne, acompañada por música de órgano; bendición de ramos a la puerta del templo; fiesta de sol y de alegría.

El sexto domingo de Cuaresma, auténtico pórtico de la Semana Santa, asociada a la misa del día se celebra preceptuada procesión evocando la entrada y recibimiento triunfal de Jesús en Jerusalén. Dramatización litúrgica muy popular y en Sahagún contemplada entre las funciones de la cofradía ya en el S. XVIII. Una procesión, la “de Palmas” o “Ramos” en la cual no había participado imagen devocional alguna hasta que la cofradía adquirió una borriquilla en 2011 en los talleres de Olot. Con palmas algunos y la mayoría con ramas de laurel, pino, romero, que tomaban y toman de un montón colocado a usanza tradicional a la entrada de la iglesia, los hermanos de la cofradía y vecinos de la villa las portan a continuación para proceder a su bendición y con ellas acompañar la dramatización citada de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y que constituye el motivo central de esta procesión. Siempre arropados, entre otros cantos litúrgicos, por el obligado Cofrades y niños con sus palmas y ramos en la procesión junto a la borriquilla canto gregoriano pueri hebraeorum de los niños hebreos y de las intervenciones del Coro Facundino y la Banda Sinfónica de Sahagún. Al término continúa la misa, caracterizada también por la lectura del evangelio de “La Pasión” dramatizada, aunque estática. Práctica litúrgica, de planteamiento “casi radiofónico” aunque secular, que llama la atención y consiste en el reparto de roles de los protagonistas del texto dialogado en varios lectores, siendo el sacerdote oficiante el que lee lo correspondiente a Cristo. Se repite también en otros cultos de esta semana.

Procesiones: Miércoles Santo

Viacrucis

Procesiones: Jueves Santo

Oficios y procesión

Los días siguientes son más recogidos. Antiguamente, los retablos e imágenes de las iglesias de San Tirso y San Lorenzo se cubrían con misteriosos telones morados, para que las miradas se concentrasen únicamente en los pasos de la Pasión de Cristo. Oscuridad atenuada con las llamas de cirios y velas. En la tarde del Jueves Santo se celebran los Oficios en San Lorenzo, con las naves del templo llenas de fieles. A continuación sale la procesión, acompañada por la música de la banda municipal. Visten los penitentes el antiguo hábito morado de la Cofradía de la Vera Cruz y llevan a hombros los pasos de su cofradía, por este orden: La oración en el Huerto, la Soledad, Cristo con la cruz a cuestas, Ecce Homo -talla del siglo XIV y Nuestra Señora de las Amarguras.

Cae la noche y brillan las velas. Marca el colofón la despedida de la Virgen de la Amargura de su Hijo, representado éste en el paso de la Oración del Huerto. Esta ceremonia se realiza ante el pórtico de la Iglesia de San Tirso, con gran concurso de público.

En los actuales estatutos se establece que, en el momento de la entrada de la procesión de Jueves Santo, todos los Hermanos de la Cofradía de Jesús estarán con velas encendidas en la Capilla de Jesús.

                A las doce de la noche suena la trompa, que se toca desde la torre de San Lorenzo. Profiere un largo quejido que se entremezcla con los sones pausados de las campanas de dicha torre mudéjar, señalando la hora exacta de la Muerte de Cristo, víctima de la sinrazón de los hombres. Poco después, se abre la trasera de la capilla de Jesús Nazareno, para que entren en ella los lugareños y forasteros que son obsequiados por los cofrades con higos rebozados, escabeche con puerro y aceitunas negras y pan bendito mojado con orujo. Es momento de charla distendida y reencuentros con amigos y parientes a los que no se ve desde hace mucho tiempo.

                Comienza poco después la ronda, que es como se llama al peregrinar de cofrades y fieles por los monumentos preparados en distintas parroquias e iglesias conventuales para albergar al Santísimo. El preparado en el ábside del Evangelio de San Lorenzo es de barroco dorado sobre fondo de terciopelo granate y parece transfigurarse entre el ritmo tembloroso e irregular de cientos de velas. Especialmente hermoso es el monumento preparado por las monjas benedictinas, cuya capilla resplandece gracias al espléndido retablo mayor procedente del extinto monasterio de Trianos, obra realizada por el escultor salmantino Joaquín de Churriguera a partir de 1710. Hoy sabemos que el túmulo del Santísimo fue el origen de las festividades de la Semana Santa andando el siglo XV.

Dentro de la capilla de la corte de los Reyes Católicos, o en las de catedrales y templos de ciudades y villas, se hacía el “monumento de la Semana Santa”, que era un túmulo de planta cuadrada o poligonal, de varios pisos, hecho de madera, forrado de tela negra y de lienzos pintados con escenas de la Pasión, lleno de velas encendidas y con lugar central reservado a una custodia de sol para exposición del Santísimo; túmulo monumental que presidía las jornadas medievales de Semana Santa.

Procesiones: Viernes Santo

Por la Mañana: Procesión de los Pasos

A primera hora de la mañana del Viernes Santo se celebra ante la puerta de la Capilla de Jesús la ceremonia de la “isa”, o llamada a la puerta de la Cofradía oficiada con los pies de forasteros madrugadores que, desprevenidos, son llevados en volandas por quienes pretenden llevar los pasos. Antaño, fúnebres paños negros habían sustituido a los morados en retablos y altares, anunciando a los presentes que había llegado el tiempo de recordar la Pasión y Muerte de Cristo en la Cruz.

La procesión de la mañana del Viernes Santo sirve para sacar a la luz lo que el catedrático vallisoletano Juan José Martín González, ha catalogado como “el conjunto más notable” de pasos procesionales de todo León. El recorrido antiguo era más largo que el actual, pues pasaba por el Arco de San Benito, la Trinidad y la Iglesia de San Juan, haciendo alto para el rezo en varios monumentos preparados al efecto. Iba primero el paso de Jesús con la cruz a cuestas, que es digna imagen de vestir, llevada en el pasado por el gremio de los hortelanos; le seguía el de Jesús en el Calvario, de cuerpo lacerado y mirada desgarradora, con Majito Barreno preparando los agujeros de la cruz, pues era el paso de los carpinteros; a continuación venía el de las Tres Marías, con imágenes de vestir, llevado por los quintos; seguía el paso del Cristo crucificado con el Caballo de Longinos, antaño portado por los “pescadores”, sin duda la estrella del conjunto debido a la presencia de su bien trabajada estatua ecuestre, y finalmente el paso del Descendimiento, llevado hace siglos por los “pastores”, copia del que hiciera Gregorio Fernández para la Cofradía de la Veracruz de Valladolid.

El sonido pausado de los tambores marca el ritmo a los porteadores que bailan los pesados pasos a hombros. Resulta especialmente interesante contemplar este recorrido desde el punto más elevado de la calle del Arco, que es la que baja desde la Iglesia de San Juan de Sahagún a la de San Lorenzo, semejando entonces los pasos un “ballet” acompasado y ondulante, acorde con el ritmo de los tambores y cornetas de la banda municipal. Más atrás, el bombo y la trompa acentúan el sentimiento de desamparo en la comunidad cristiana. Cierran la procesión los cirineos, con la cruz grande y las cruces pequeñas; el párroco, el presidente y cargos de la cofradía, el alcalde y las autoridades civiles. Cuando todos los pasos han sido llevados al interior de la capilla de la cofradía de Jesús, se reparte el Pan de Jesús con aguardiente entre quienes han soportado el enorme peso de los grupos escultóricos durante cuatro horas. Cuando éstos han tomado su parte, llega el turno de los lugareños y forasteros reunidos en la plaza, que está más concurrida que en ninguna otra ocasión del año.

El itinerario se fija, según se indica en el artículo 40 de los Estatutos de la Cofradía, de acuerdo con el párroco y las autoridades civiles, Durante los últimos años no ha sufrido variación siendo: Capilla y Plaza de San Lorenzo, Morería, José Antonio, San Tirso, Arco, Rúa y calle del Arco, para regresar a la Iglesia de San Lorenzo, no sin haber efectuado una visita a la iglesia de San Juan de Sahagún, patrón de la Villa.

LAS “POSAS”

Al llegar la Procesión de los Pasos a la Iglesia de San Juan de Sahagún, la imagen de Jesús Nazareno entra en la misma y los braceros la inclinan tres veces ante la imagen del Santo, patrono de la Villa, en señal de respeto y devoción al mismo.

Por la tarde: Desclavamiento - Procesión del Santo Entierro

En la tarde del Viernes Santo se celebran los oficios, que culminaban con la ceremonia del desclavamiento de Cristo. Nada mejor que asistir a ella para darse cuenta del poder de convocatoria que la teatralidad del barroco sigue teniendo en nuestros tecnificados días. ¡La iglesia siempre llena! En el altar mayor, la imagen de Cristo, de brazos articulados, es desclavada y bajada con sumo cuidado por los cofrades, que ahora visten de negro; la presentan ante la Dolorosa y finalmente la introducen en la magnífica urna, cerrando su tapa de madera y vidrio.

Comienza la procesión del Santo Entierro, la más impresionante de la Semana Santa y por ello la que se vive con más profundidad y recogimiento. A la Urna le sigue el paso de Nuestra Señora de la Soledad. Antaño, cuando caía la noche, sólo se escuchaba el ruido de las pisadas de los penitentes, de los fieles y de las autoridades. Callaban los automóviles, cerraban los locales de diversión y Sahagún se sumergía en la más absoluta oscuridad de la noche, solo rasgada por el dibujo luminoso de los cirios y velas de los penitentes. Más sobrecogedor y doloroso era el silencio reinante… roto de vez en cuando por el sonido profundo del bombo y por el lamento quejumbroso de la trompa. Actualmente, la procesión se ha visto embellecida gracias al canto coral de las composiciones “Cristo de la Urna de Sahagún” y “Virgen de la Soledad de Sahagún”, con música y letra de Jesús y Juan Blasco, que se cantan desde el balcón del Ayuntamiento al paso de la Urna y de la Virgen de la Soledad, mientras toca la banda municipal. Tiempo para la reflexión y el recogimiento, entre banderas negras, con íntima introspección que inclina al arrepentimiento.

Procesiones: Domingo de Resurección

Procesión del Encuentro

En la medianoche del Sábado Santo se celebra en la parroquia de San Lorenzo la ceremonia de alumbramiento del Cirio Pascual, signo de la resurrección de Cristo y de la promesa de redención para el género humano. Especialmente hermosa es la celebrada por las monjas benedictinas en su templo conventual, entre cantos y rezos. Una promesa de alegría y de esperanza revivida cada mañana del Domingo de Resurrección, sobre todo cuando antaño portaban los niños en ruidosa algarabía dos pequeños pasos con las imágenes del Resucitado y de la Virgen María.

En estos últimos años, los esforzados hermanos de la Cofradía de Jesús de Sahagún han realizado una labor titánica y heroica que ha incluido la reciente recuperación de la “Procesión del Encuentro” y el largo proceso de la restauración de los pasos, del retablo y de la misma capilla de Jesús. Esta última procesión se celebra en la mañana del Domingo de Resurrección y tiene su momento culminante en la plaza de la villa, cuando el paso con la Dolorosa se encuentra con el de Cristo resucitado. La alegría de ver de nuevo a su hijo, se refleja simbólicamente en el cambio del manto de la Virgen, que de negro se transmuta en luminoso y coloreado.

Al finalizar la procesión tiene lugar en el templete de la Plaza Mayor el concierto de Pascua de la Banda Sinfónica de Sahagún que concluye una Semana Santa para comenzar los preparativos de la del año siguiente.

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